Un matrimonio va de vacaciones a Jerusalen, tienen un accidente y la mujer muere.
El marido va a la embajada para gestionar el entierro y le dicen:
Enterrarla aquí cuesta mil Euros y llevarla a España diez mil.
Pues la llevamos a España, contesta el marido.
Pero hombre, enterrándola aquí, se ahora nueve mil Euros.
No me fio, dice el marido, aquí hace muchísimos años un hombre se murió y al tercer dia resucito, no sea que pase lo mismo.