Muy buenas, señor@s:
No sé si es éste el lugar más adecuado para este post. Creo que sí y, consecuentemente, por ello lo he hecho así.
¿Recordáis el coñazo que os daba hace poco tiempo con los joíos grifos? Pues ha resultado ser un exitazo de participación, un total de 322 modelos presentados. Como era de esperar, con muy diversos niveles de presentaciones, diseños, conceptos y demás.
La empresa danesa Damixa pedía un diseño, no necesariamente acabado en su funcionamiento, pero sí que resultase innovador (de ahí algunas de las rarezas que yo mismo he presentado junto con otros compañeros aún, si cabe, más locos que yo mismo).
Pues los señores de GrabCad las han tenido que pasar de a kilo cando nos han tenido que decir que la susodicha empresa no piensa hacerse cargo de ninguno de los seis premios que iba a otorgar porque ninguno de los diseños se les antoja apropiado para lo que ellos querían.
Y no es que cuestione si eso es cierto o no, que cada quien ha de llevar su empresa como quiere, sino que me resulta cuando menos sospechoso esta forma de actuar y creo, por ende, que el mero hecho de aceptar una forma de trabajo, que en principio les resulta totalmente gratuita y que los diseñadores aceptamos tal cual, debería al menos implicar alguna especie de criterio no escrito por el cual quienes ofrecen estos "premios" se sintieran obligados de cumplir con sus propósitos evaluando de algún modo, si el primigenio no les vale dados los supuestos resultados, algunas de las excelentes propuestas presentadas. Las utilicen o no en este siglo o en venideros, un poquito de respeto hacia quienes trabajan cuasi desinteresadamente (porque nadie espera ganar, friamente) no vendría mal tener, porque temas tan importantes como la Ética desaparecen del plano industrial y de desarrollo y el navío se dirige, al palio, hacia derroteros, cuando menos muy tristes, para el avance de nuestra cicilización.
Triste es querer vivir de inventar o transformar cosas, pero aún más triste en pensar que todos debemos aprobar una oposición y que otros nos den el sustento: Eso sería impracticable, absurdo e ignominioso para quienes no han nacido con tales formas de ver la vida en sus mentes. Pero no se puede criticar esta forma de aliviarse en el mundo visto lo visto y lo que nos queda por ver. "¿Para qué complicarse la vida?" es la frase que más llevo escuchando toda una existencia de querer ser de los otros, los que avanzan, producen, piensan y padecen la escasez eterna del casi llegar y perderse...
No me alargaré más en lo que no es sino la exposición de, a mi ojos, lo que tenemos ahora. Prinicipalmente por intentar evitar el calentamiento global de boca que me sobreviene. Pero algo de esto debe ser cierto cuando los propios dueños de GrabCad han decidido, ante tal improperio, poner de su bolsillo el montante total de premios y establecer, quizá con pobre criterio pero, a mi parecer, intentando que todos pudieran participar, que los seis diseños más votados entre nosotros mismos serían los vencedores tal y como establecía el fallido concurso.
Todo esto os lo cuento y comento aquí para compartir con vosotros lo que uno vive al otro lado del Inem, esperanzado erróneamente con las migajas de concursos con los que nadie se siente contento una vez finalizados, y eso haciéndolo bien, entre comillas, pero que se están constituyendo como única fuente de esperanza para unos muchos que ya no saben qué hacer para ganar un duro o, a mejor decir, poco más de 0.03 céntimos de €.
Y es así porque no os imagináis la cantidad de emilios recibidos por parte de compañeros participantes pidiéndome mi voto en su modelo, habiendo hecho, o no, lo propio con alguno de los míos. Es triste convertir el diseño en una feria pero más triste aún es llegar a mendigar un voto. Más aún lo es el que gente preparada tenga que recurrir a esto como, repito, única esperanza de, no ya sobrevivir, sino quizá, y en última instancia, sentir que lo que siguen estudiando y por y para lo que se siguen preparando realmente sirve para algo. Y justifican las horas que pasan ante su computadora porque, así de crudo y así de escueto, no tienen trabajo pero se lo curran cuanto pueden.
En fin... Dejo el sermón, la opinión, el desencanto... Comparto lo que tengo, que es poco y escurrido, y completo, como mejor me da el entendimiento, la rueda antigua del ser humano que es comunicarse. Nada más... ¡y nada menos!
Saludos a todos, porque, creo, somos compañeros.
Nos vemos